Cierra los ojos, muy fuerte. Deja el tiempo pasar mientras los
granos de arena ocupan su lugar.
Es de noche y has salido al exterior. No hay luces, no hay ruidos,
no hay nadie más allí que tú.
Sigues con los ojos cerrados, pero los abres una vez fuera.
Entonces alzas la cabeza. ¿Te habías dado cuenta de lo increíble que es?
Un mar de oscuridad que se extiende más allá de lo que comprende nuestro entendimiento.
Miles de estrellas que iluminan con su sencilla luz la existencia del planeta.
Y están ahí, en el mismo lugar cada noche, esperando a ser admiradas, esperando a que levantes la mirada y disfrutes.
No lo dejes escapar.
No lo dejes escapar.