Llevo más de dos meses mirando esta página en blanco, justo enfrente de mí.
El cursor parpadea, como esperando impaciente, a que escriba algo. Con ansiedad.
Pero nada sale de mí, no sé que decir, ni que inventar.
Nada sucede, nada avanza. Simplemente sigo aquí, como el cursor parpadeante, expectante.
¿Qué viene ahora?
Cierro los ojos y quiero que la página se llene de líneas, de historias, como antes.
Pero no sucede. El cursor sigue parpadeando, sin una palabra tras él.
