jueves, 6 de mayo de 2010

Mañana será otro día


Le encantaba mirar el cielo. Solíamos hacerlo juntos, simplemente eso, caminar, por cualquier lugar y observar los suaves contrastes de color. Cómo un intenso azul se metamorfosea en rosa, en naranja. Retales de nubes, flotando a la voluntad del viento. Rayos de luz que se cuelan por los rincones. Las últimas notas doradas al caer la noche, dando paso al manto de estrellas. El contraste entre el Sol y la Luna. La triste belleza de un día de lluvia. Era ese tipo de sencilla belleza que te hace contener la respiración.
Ninguno de los dos decíamos nada, solo disfrutábamos de la mutua compañía y de lo que veíamos. Nos bastaba con eso. Vagamente cruzábamos alguna mirada, alguna sonrisa.
Pero no hablábamos. Queríamos alejarnos del mundo, de las palabras vacías que no dicen nada. Y así éramos felices, hasta que un día nos dimos cuenta de que ya no era suficiente. ¿Por qué ya no le hacía sentir feliz?
Aquella mañana le vi caminar solo, junto a la orilla del mar y me di cuenta de que de nada sirve hacer el boca a boca a sentimientos que ya no están ahí. No tiene sentido pedir perdón, si no hay nadie a quien pedir perdón, y lo echamos de menos. Hay tantas cosas que echamos de menos.
Pero no sé cómo me sentiré mañana, solo haré lo que tenga que hacer.
Mañana será otro día.

2 comentarios:

  1. muy bonito me gusta mucho
    y sí para bien o para mal.. yo diría que para bien
    mañana será otro día
    te quiero

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  2. ... habrá otro sol que ascenderá al cielo, y a veces hasta es necesario echar de menos, pero tienes razón, lo importante es seguir el vuelo.

    Un beso.

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