viernes, 23 de abril de 2010

¿Estamos locos?

Últimamente nos asaltan las malas noticias. En este nuestro queridísimo país, me apena decir que la sociedad no es mucho mejor que la clase política.

Me refiero a la noticia que más me ha impactado en estos días, la polémica sobre Nawja y su pañuelo. Esta chica, ha sido acosada por la sencilla razón de defender en lo que cree. Me pregunto, ¿Es un pañuelo tan ofensivo? ¿No respeta a los demás por llevarlo? Esta chica profesa la religión musulmana y ha decidido el cumplir con lo que le parece importante. ¿Quiénes somos para impedírselo? Mucha gente responde que si están quitando los crucifijos de las aulas, ¿por qué tienen que convivir con un pañuelo muestra de otra religión? Sigue impresionándome la ignorancia de este país, lo cerrada que tiene la mente nuestra sociedad. Puesto que, por suerte, vivimos en un Estado constitucional, cualquier ciudadano, sea cual sea su nacionalidad, ve reflejado en este documento el derecho de libre ideología; hace años que somos un Estado aconfesional. Esta joven está viendo su derecho a la educación anulado por un asunto de religión. Eso sí debería tomarse en cuenta.

Por otro lado, la reacción popular me deja perpleja. Hemos llegado a un punto de irracionalidad que me sorprende. Se está censurando a una chica que defiende sus convicciones y su opinión, mientras dejamos libres de culpa a políticos que se llenan los bolsillos a nuestra costa. Las reacciones xenófobas son, lamentablemente, inevitables y ahora es cuando hemos de demostrar que los últimos cincuenta años han dejado mella en nosotros, que queremos vivir en armonía. Hemos de aprender a ser tolerantes, aunque pensaba que teníamos la lección superada. ¿Qué es lo que nos lleva a reaccionar de esta manera? La respuesta es sencilla, el miedo. A lo desconocido, a los cambios, a lo distinto. Pero para evitar estas situaciones hay que aplacar la ignorancia de las masas. Para ello, la educación es lo fundamental.

He oído a mucha gente tachar a los musulmanes de extremistas y fanáticos, pero citando a Borges: “Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos, porque uno termina pareciéndose a ellos”.

2 comentarios:

  1. Tienes mucha razón, leí una frase que decía que las cualidades o defectos que más odiamos de nuestros enemigos reflejan lo que en el fondo también odiamos de nosotros mismos, algo por el estilo.
    He vuelto a hablar con mi madre hoy del tema, si nos ponemos a filosofar puedo llegar a entender las dos posturas, lo que no entiendo es la polémica y el bombo que se le ha dado cuando como bien dices tú hay problemas mucho peores como la falta de coherencia y sinceridad en los polñiticos entre otros.
    Sigue escribiendo =)
    te quiero

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  2. Si nos ponemos a divagar claro, se puede entender, pero solo si tenemos en cuenta las circunstancias historicas del país. Pero bueno, toda opinión es respetable. Lo que no me vale son las imposiciones.
    Claramente hay cosas peores y más urgentes.
    Gracias ! :)

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