sábado, 26 de junio de 2010

What really matters.


En respuesta a muchas de las preguntas que nos plantea la vida, podemos encontrarnos la duda.
En situaciones difíciles, queremos ser racionales, pensarlo todo bien, darle mil vueltas a las cosas. Normalmente así las cosas funcionan mejor.
Pero en situaciones excepcionales no. A menos que nos dejemos llevar por nuestras propias iniciativas, y nos volvamos un poco locos, y digo un poco. Arriesguémonos, atrevámonos a ser diferentes, a ser originales, a ser como realmente somos.
Si todos pensáramos en cada detalle de nuestras vidas, la esencia de las cosas se desvanecería, porque son esos pequeños momentos los que hacen que valga la pena vivir cada segundo.
Cuando una persona nos sorprende con algo inesperado. Cuando suena, de repente, una canción, en el momento justo y el lugar indicado.
Y te hace sentir como que es para ti.

Entonces sonríes, y esas preguntas sin respuesta ya no importan, porque de algún modo, algún día ya sabrás la respuesta de una u otra manera.
Y si no es así, ¿Qué más da?

3 comentarios:

  1. Me encanta.
    Hay que dejarse guiar por el corazón que tampoco se equivoca tanto =)

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  2. Eh, me gusta (:.
    Y me acabo de dar cuenta, lee una de mis últimas entradas, quizá te recuerde a algún cachito de esta :)

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  3. Es la esencia de cada uno la que precisamente nos hace especiales y bueno.. la espontaneidad de las cosas es genial.

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