jueves, 30 de diciembre de 2010
Bienvenido
lunes, 27 de diciembre de 2010
23:59
viernes, 24 de diciembre de 2010
Días de películas
Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para cuando me di cuenta ya estaba
metida hasta el cuello.
~ Orgullo y prejuicio
jueves, 9 de diciembre de 2010
Dí que no
Perdona por pensar lo mejor de las personas, por esperar que las cosas mejorarán,
perdona por romper a llorar. Perdona si te cojo de la mano y te pido que no me sueltes, perdona si te sonrío sin decir nada. Perdona si no soy como esperaste, perdona si me ilusiono. Perdona si digo algo fuera de lugar, perdona si te miro.
martes, 30 de noviembre de 2010
Sobre los tejados
No lo dejes escapar.
martes, 23 de noviembre de 2010
You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one
Por eso estaba dispuesta a construir ese lugar.
Por eso decidió cambiar las cosas que no le gustaban. Dejaría de hacerlas, sencillamente. Aunque los demás no las consideraran adecuadas. O parecieran disparatadas. O no tuvieran sentido. Saltaba en la cama, cantaba en la ducha, sonreía a la gente por la calle, les decía hola. Escuchaba lo que las personas tenían que decir, las hacía sentir importantes, que contaban. Respetaba el silencio, y reconocía el valor de una palabra bien dicha, en el momento exacto. Siempre toleraba a los demás y desarrolló esa paciencia que tanto admiraba. Siempre se guiaba por lo que pensaba, pese a lo que los demás opinaran. No le importaba. Se equivocaba, dudaba, muchas veces intentaba hacer lo que sabía que estaba bien y fallaba, pero no se rendía, porque tenía un objetivo, y estaba decidida a conseguirlo, costase lo que costase.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Closed
Suena a lo lejos el rumor del tráfico, pero estás demasiado absorto en lo que piensas.
Lo que piensas y no dices. Cierras los ojos y una ráfaga de viento pasa entre nosotros sin que me mires ni siquiera. Me gustaría saber que pasa por tu cabeza en este instante.
domingo, 14 de noviembre de 2010
These words in my head
O palabras no dichas, no escritas. Palabras sentidas. Transmitidas por una mirada en silencio, por un roce o una caricia cómplice. Las palabras pensadas, o las inconscientes.
Pero, ¿sabes? Nunca he creído en las casualidades.
martes, 2 de noviembre de 2010
martes, 26 de octubre de 2010
Tic-tac
jueves, 21 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
Perdóname
El camino es muy largo.
Tremendamente largo, y a veces demasiado corto.
Es muy pesado llevar cargas añadidas.
No quiero hacerlo.
No tengo porqué.
No es más fácil, pero es mejor.
A veces cuesta mucho librarse de esa carga extra.
Cuesta olvidar, cuesta dejar atrás las cosas que han pasado.
Pero vale la pena.
¿No son las cosas lo suficientemente difíciles como para que las compliquemos aún más?
¿No hay bastante sufrimiento como para ir recordando el anterior?
Nos merecemos ser felices, y sin duda, el camino es demasiado corto como para desperdiciarlo.
miércoles, 6 de octubre de 2010
Seis segundos
o los que damos cuando consolamos a alguien. Los de amigos que hace tiempo que no ves, o los de tu familia, o como esos que quieren decir cosas que se sienten, o esos que te hacen sentir mejor. También están esos que te estrujan y no te dejan respirar. O los que te cogen muy fuerte y te levantan del suelo. Abrazos de bienvenida, abrazos de despedida, de felicitación, de tristeza.
Abrazos de cariño, de ternura, de confianza, de descanso, de soledad.
Abrazos para llorar libremente.
Un abrazo largo, en el que te fundes con la otra persona,
en el que te empapas de su olor, en el que cierras los ojos y no piensas,
te sientes seguro y protegido, y piensas que podrías estar así durante horas.
jueves, 23 de septiembre de 2010
Llueve
Lo pasaban bien, eran jóvenes y querían disfrutar mientras les durara.
Pero ella pensaba de otra manera. Quería pasarlo bien, quería disfrutar, quería reír…
Pero esa no era su noche, se sentía ausente y, quizá, algo fuera de lugar.
Ellos no lo percibieron. Sus ojos no brillaban de la manera habitual, ni sus gestos eran de alguien que se siente cómodo, y su sonrisa estaba vacía aquella noche. Yo si lo noté.
- Eso es porque siempre apareces en el momento en que me siento sola.
- Ya… ¿Por qué no vienes y te ríes un rato con nosotros? Quiero verte sonreír.
- Hmm, quizá – dijo, mientras se abrazaba las piernas con los brazos y miraba hacía algún sitio que sólo ella conocía –
El silencio se hizo algo palpable, pero no era un silencio molesto. Un silencio que no valía la pena estropear, un silencio agradable. La luna se reflejaba en el mar.
- A veces desearía no serlo, haría mucho más fáciles las cosas…- susurró-
- ¿Y por qué no ibas a querer ser diferente?
- Ya, está bien no ser como todo el mundo, pero hay días que se me hacen muy cuesta arriba…
- Siempre me ha gustado lo complicado.
Al rato se marchó, y empezó a llover. Me la imaginé caminando por el medio de las calles, sin importarle que la lluvia empapara su ropa, que el pelo se le pegara a la cara y las gotas corrieran por sus mejillas, no le importaba. Iba con paso firme, sin prisa pero sin pararse, siempre sonriendo. Entonces pensé, que chica tan rara.
martes, 14 de septiembre de 2010
Yo, me, mi, contigo.
Iba sin rumbo fijo, pero saboreando el momento anterior a girar cada esquina. Se empapaba de los muros, de los murales pintados aquí y allá por artistas bohemios que expresan lo que les apetece. Frases esporádicas que te hacen reconsiderar temas zanjados, o que te alegran el día. Pequeños rincones olvidados en aquella parte de la ciudad. El sonido de algún músico que practica en un balcón. Una antigua muralla que cobija en su interior miles de historias pasadas, en lo que fue una de las más importantes ciudades tiempo atrás.
Calles de piedra que dibujan mosaicos en el suelo. Una catedral.
y entonces… el mar.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Septiembre
Volvíamos a estar en el mismo lugar, y en la misma situación.
Tal vez dos años antes habría actuado de otra manera, pero desde entonces habían pasado muchas cosas y había cambiado de opinión muchas veces.
Pero no volvería a perder la oportunidad de hacer lo que debería haber hecho mucho antes.
- ¿Qué es lo que te pasó aquella vez? – susurró-
- Y yo que pensaba que lo había dejado claro… - respondí-
- Sabes perfectamente que nunca explicaste nada, sólo te marchaste. – Vuelve a decirme que no te importo. Que no volverás a pensar en esto nunca más.
domingo, 29 de agosto de 2010
Mentira
Tras tantos momentos compartidos, sonrisas cómplices y miradas que lo decían todo.
lunes, 23 de agosto de 2010
¿Riesgos?
Me sentía dividida. Habían pasado muchas cosas aquella noche y no sabía qué era lo que quería. Siempre he dicho que ese es el peor problema de la gente, el no saber que quiere: porque cuando sabemos lo que queremos, podemos encontrar la manera de conseguir cualquier cosa.
Y ahora es mi problema también
Le buscaba con la mirada cuando encontré algo nuevo. Y me hizo reír, y me acompaño.
Me hizo sentir alegre, y aunque seguía muy confusa, me sentí bien.
Gracias.
domingo, 15 de agosto de 2010
Peonías

Me levanté aquella mañana de abril, aún con restos del resfriado que había sufrido durante la última semana. El día pintaba horrible, tenía mil cosas que hacer, todas retrasadas.
Abrí la persiana de un tirón, y tenues rayos de luz atravesaron la habitación. Lloviznaba.
Le daba un aspecto bohemio a la ciudad. Me hacía sentir pequeña, y terriblemente vulnerable. Al girarme reprimí un grito de sorpresa. Docenas de peonías llenaban jarrones de cristal distribuidos por la sala. Peonías, suaves, delicadas. La mayoría de ellas seguían cerradas, pero el aroma era intenso y no pude evitar una gran sonrisa.
¿Cómo lo había sabido? ¿Cómo podía haber sabido que hoy necesitaría esto? Cogí una y acaricié los pétalos. La belleza de aquella flor siempre me había cautivado.
Volví hacia la ventana y me senté en el sillón. Podía oír el murmullo del tráfico a lo lejos, el trajín de la gente que iba y venía, todos ellos ajenos a mi repentina felicidad.
Seguí con mis pensamientos hasta que una suave melodía me llegó desde el comedor. Las suaves notas de una pieza de Bach para cello. Aquella canción.
Al salir, fui al salón, allí había una bandeja de color crema, con tostadas francesas y un zumo de naranja. Nunca dejaba de sorprenderme.
Había una carta sobre la repisa del mueble. El sobre sólo tenía una nota.
La nota sólo contenía dos palabras.
Entonces comprendí que pasaría el resto de mi vida junto a él.
viernes, 23 de julio de 2010
Inesperado

Estoy ahí sentada, mirando a las personas caminar a mi alrededor.
Hay una razón por la que voy a coger ese avión, pero ahora mismo no importa.
No quiero pensar en mi historia.
Todos llevan una consigo e imagino cuales pueden ser. Muchos hombres llevan carteras y traje, probablemente deseando llegar a casa tras un viaje de negocios.
También hay familias, con miles de maletas. Madres preocupadas de haberlo cogido todo y padres intentando controlar a unos niños que corretean felices, emocionados por las vacaciones.
Hay extranjeros por todas partes, algunos entran en las tiendas de recuerdos y compran figuras de sevillanas o toros “typical spanish”.
Me pregunto cómo serán sus vidas... ¿Serán felices?
Tal vez alguno de esos empresarios perderá su negocio, pero al hacerlo recuperará a su familia; algún estudiante se irá de viaje para aprender algo nuevo. Alguno de los hijos de esas familias conseguirá todo lo que se proponga, o quizá no. Alguien conocerá a una persona que cambiará su vida y le hará sentir muy, muy especial. Otras parejas, sin embargo, se dirán adiós.
Yo sigo aquí sentada, suena una canción en mi reproductor y dejo de sentirme aquí. Quiero pensar en todo lo que me queda por pasar, y en todo lo que voy a vivir.
Aún quedan muchas historias por contar.
sábado, 10 de julio de 2010
Solía ser así

A veces planeamos, planeamos, y las cosas no salen como queríamos en un principio. A veces las personas nos decepcionan, o tal vez, las decepcionamos nosotros a ellos. Cuando te esfuerzas en que alguien no pierda el rumbo, porque le quieres. Quieres que las cosas le salgan bien, porque se lo merece, por todo lo que ha trabajado, y sin embargo, con un par de malas decisiones derruyen todo lo afanosamente construido. Y duele. Duele ver como tiran por la ventana años de sueños, de planes, de proyectos. Por dudas, por miedo… o por dolor. Por rechazo, por querer encajar en un mundo que no es el nuestro, y que no lo será. Porque por más que nos esforcemos, nunca dejaremos de escucharnos a nosotros mismos y no podremos negar que es lo que sabemos cierto. Pero peor es el sentimiento de impotencia. Cuando tiendes una mano amiga, y esas personas no quieren ser ayudados. ¿Qué hacemos entonces? ¿Atormentarnos con errores que no son los nuestros? ¿Sufrir por no saber qué hacer por ellos?
Y entonces se alejan, las alegres conversaciones se apagan entre saludos insípidos que dan paso a silencios vacíos. Y yo quisiera poder hacer algo por ti. De alguna manera devolverte lo que me has enseñado, lo que me has aportado. Manías, libros geniales, tus gustos raros para la música y esa tendencia a la iconografía en las camisetas. Ironía, mucha. Pero también ese optimismo tan tuyo. Y me robaste algo de ingenuidad, eso seguro.
Vuelve a ser tú.
sábado, 3 de julio de 2010
Esta noche tuve miedo

Papá, esta noche tuve miedo… Alguien estaba en mi habitación, no sabía quién era.
Un mal sueño me despertó, y en la cama de abajo vi una sombra. Un bulto ocupaba las sábanas. Me asusté. Un susurro de su respiración cortó la mía. Se me encogió el corazón y no supe que hacer. Estabas lejos. Mi colcha volvió a ser mi mayor protección… Como un escudo imaginario, un escudo frente al miedo.
Pero cada vez sentía el miedo más profundo… No sabía qué hacer, y papá… Solo tengo seis años. Empecé a llorar. Al principio, solo sollozaba, en un intento esperanzado de que sintieras mi miedo y mi frustración, pero no podías. Poco a poco, la desesperación que me embargaba fue creciendo, hasta que mi llanto, de puro miedo, ascendió en el aire.
Entonces os llegó el sonido, a ti, y a mamá.
sábado, 26 de junio de 2010
What really matters.

En respuesta a muchas de las preguntas que nos plantea la vida, podemos encontrarnos la duda.
En situaciones difíciles, queremos ser racionales, pensarlo todo bien, darle mil vueltas a las cosas. Normalmente así las cosas funcionan mejor.
Pero en situaciones excepcionales no. A menos que nos dejemos llevar por nuestras propias iniciativas, y nos volvamos un poco locos, y digo un poco. Arriesguémonos, atrevámonos a ser diferentes, a ser originales, a ser como realmente somos.
Si todos pensáramos en cada detalle de nuestras vidas, la esencia de las cosas se desvanecería, porque son esos pequeños momentos los que hacen que valga la pena vivir cada segundo.
Cuando una persona nos sorprende con algo inesperado. Cuando suena, de repente, una canción, en el momento justo y el lugar indicado.
Y te hace sentir como que es para ti.
Entonces sonríes, y esas preguntas sin respuesta ya no importan, porque de algún modo, algún día ya sabrás la respuesta de una u otra manera.
Y si no es así, ¿Qué más da?